lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Nos educan nuestros padres, o ellos?

¿Es posible que los medios de comunicación nos estén influyendo más de la cuenta?

Desde pequeños, desde la escuela hasta nuestro tiempo de ocio está marcado por la influencia que nos ejercen los demás.


Cada día somos más conscientes de que no debemos creer todo lo que se habla en un telediario, lo que nos indiquen los periódicos o los políticos pero... ¿somos realmente conscientes de hasta qué punto nos inducen prototipos e ideales en nuestro tiempo de ocio?



Sin percatarnos nos vemos expuestos a una sutil educación a través de algo que parece nimio pero es realmente importante: nuestro ocio, nuestro tiempo de diversión. Ni tan siquiera es algo nuevo. No todo el mundo se para a pensar que su serie favorita está llena de prototipos e ideales que tendemos a imitar, no sólo la publicidad subliminal; tal como mostrar a nuestro héroe ideal consumir un determinado producto. Si no las bases de nuestros pensamientos. Un ejemplo: ¿Por qué algunas personas de ciertos países tienden a ser extremadamente patriotas?




La respuesta es clara, porque en su sociedad se fomentan esos 'ideales' como el mismo patriotismo o la tendencia a la religiosidad extrema. Sin entrar en nombres concretos desde un libro hasta un videojuego pasando por prensa, televisión, radio y cualquier cosa que imagines está plagado de esos estereotipos que a la ''sociedad'' (por no indicar ciertas personas arriba) le conviene que tengas.



En E.E.U.U se promociona de forma exacerbada el patriotismo, es una maniobra muy conveniente que, entre otras cosas, provee al país de voluntarios para sus fuerzas armadas. Desde los dibujos animados que ven desde pequeños, los videojuegos que juegan, las clases de historia tan heroicas que dan, las películas... se da una gran propaganda de su propio país con todos estos fines (y otros más). En países de estado oficialmente religioso se promulga muchísimo la religiosidad como modo de vida y de pensar.



A veces llega un punto que puede ser realmente peligroso y exponer a las personas a desarrollar auténticas intolerancias por otras o por otros ideales ajenos. Es una de las razones de las que nacen los conflictos desde tiempos inmemoriales.

Debemos prestar atención a estos detalles, ya que deseamos pensar por nosotros mismos, o al menos deberíamos desearlo con todas nuestras fuerzas. Es por esto que no debemos bajar la guardia.


Alba Hijano Pinazo B12AP

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